Es esencial que los niños establezcan y mantengan buenos hábitos alimenticios desde temprana edad, y la edad escolar es un momento oportuno para consolidar estos hábitos. La alimentación en esta etapa juega un papel fundamental en su desarrollo físico, mental y emocional. Los niños comienzan a comer por sí mismos, aunque pueden necesitar ayuda inicialmente para tareas como cortar con cuchillo o masticar adecuadamente.
Durante la edad escolar, los niños empiezan a diversificar su dieta y adaptarse gradualmente a la alimentación del adulto. Es importante que incorporen una variedad de alimentos en su dieta diaria, incluyendo: frutas, verduras, lácteos, proteínas de origen animal y vegetal, así como alimentos ricos en fibra como cereales integrales y legumbres.
Además de establecer hábitos alimenticios saludables en el entorno familiar, los centros de educación infantil y los colegios también desempeñan un papel básico en la transmisión y refuerzo de esta educación nutricional. Es importante que los niños reciban una alimentación equilibrada y completa tanto en casa como en la escuela.
Existen pautas y recomendaciones específicas para garantizar una nutrición adecuada durante la edad escolar. Se sugiere el consumo regular de frutas, verduras, hortalizas, leche y derivados lácteos. También se recomienda incluir proteínas de calidad, como las presentes en legumbres y pescados, y limitar el consumo de carne en raciones moderadas.
Asimismo, se debe evitar el exceso de sal y azúcar, así como favorecer el consumo de aceite de oliva en lugar de otras grasas menos saludables. Es importante planificar las comidas de manera equilibrada, especialmente si los niños comen en la escuela, para garantizar una adecuada ingesta nutricional a lo largo del día.
Además de seguir estas recomendaciones nutricionales, es fundamental respetar las señales de saciedad de los niños y no forzarlos a comer más de lo necesario. Es normal que en esta etapa haya fluctuaciones en el apetito y que los niños muestren preferencias alimenticias cambiantes.
Compartir comidas en familia es una práctica que se ha demostrado beneficiosa para inculcar hábitos alimenticios saludables desde la infancia. Es importante establecer horarios regulares para las comidas y crear un ambiente positivo y relajado durante las mismas.
En resumen, la edad escolar es un momento fundamental en el desarrollo nutricional de los niños, al establecer y mantener hábitos alimenticios saludables desde temprana edad, podemos contribuir al bienestar físico y emocional de los niños y promover un estilo de vida saludable a lo largo de toda su vida.
