Los lazos afectivos que tu hijo/a establece son fundamentales para su crecimiento y desarrollo y aunque el núcleo familiar es muy importante, la interacción con otros niños/as de su edad desempeña un papel vital en la construcción de su confianza y autonomía a lo largo de la vida.
La socialización en la infancia trasciende a la mera diversión; se convierte en un elemento esencial para el desarrollo de la identidad personal y social. Según estudios psicológicos, las relaciones interpersonales son clave para cultivar la autonomía, independencia y autoconciencia en un individuo.
Los primeros vínculos de un niño/a son con sus padres, y estos vínculos afectivos son básicos para su seguridad emocional y desarrollo de la identidad ya que a través de estas relaciones, los niños/as empiezan a formar su visión del mundo basada en valores, normas y principios que moldean su personalidad; más tarde a lo largo del crecimiento, surgen conflictos con los padres y cuidadores y la gestión efectiva de estos conflictos amplía el autoconocimiento del niño, permitiéndole explorar sus preferencias y habilidades para negociar y ceder, habilidades que también serán útiles en sus relaciones sociales con otros niños en la etapa preescolar. Estos aspectos son fundamentales para la satisfacción y conexión social en la vida adulta.
Cada individuo desarrolla dos identidades: una personal y otra social.
La identidad personal se refiere a cómo nos vemos a nosotros mismos y nos mostramos al mundo, mientras que la identidad social se construye a partir de la afinidad con diferentes grupos sociales. Ambas identidades se moldean a través de las relaciones desde la infancia, destacando la importancia de la calidad de estas interacciones.
Según María José Roldán, experta en Psicopedagogía y Educación Especial, las amistades no solo contribuyen al desarrollo de habilidades, sino que también brindan seguridad y apoyo, complementando el entorno familiar. En estas relaciones, los niños/as exploran y aprenden valores esenciales para una convivencia social armoniosa, como la empatía, el compromiso, el respeto y la valoración de las diferencias. Por tanto, la etapa preescolar desempeña un papel fundamental en la formación integral del niño/a.
En los campamentos de Vals Sport, ponemos todo de nuestra parte ya que les proporcionamos a los/las peques un entorno social amplio que potencie su desarrollo, formando individuos capaces, seguros y satisfechos, capaces de contribuir al crecimiento tanto de la familia como de la sociedad en su conjunto.
«Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.»
El Principito